Omoro creía en
un solo Dios pero no estaba de acuerdo con la ceremonia de la Pila
Bautismal. Así que creó su propio ritual
dando a conocer el nombre del niño en reunión de
familiares y amigos. En fiesta de almendras y miel susurró tres veces al oído
el nombre a su hijo, luego lo hizo conocer a todos y finalmente pronunciando
estas palabras lo alzó con su cara
vuelta al cielo: “Es lo único más grande que tú y a él habrás de volar un día
ignorado por todos”.
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