Aún recién
nacido tuvo fuerza para estrangular las dos serpientes que lo asediaban en la
cuna, pero cuando se hizo adulto, estranguló a esposa e hijas, dominado por un
acceso de locura. Todo arrepentido buscó
expiar su mortal pecado, pero el sacerdote le impuso una expiación de la que
difícilmente saldría con vida, pero resultó invicto y ahora es venerado como un
Semidiós.
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