Hindúes venidos
de Trinidad que se asentaron con
cultivos de hortalizas en lo que es hoy Agua Salada, apreciaban al Orinoco
como río sagrado semejante al Ganges de su patria. Por eso en determinadas fechas se purificaban
bañándose en sus aguas y hasta llegaron a pedir como último deseo que su
cenizas fueran esparcidas en el río para llegar directamente al Paraíso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario