Percy Shelley, poeta
inglés, cuando naufragó navegando el mar de Tirreno, varó y fue incinerado en
una playa por su amigo Bayron, quien antes halló en uno de los bolsillos de su
blusa este poema de Sófocles: “Muchas
son las maravillas del mundo, pero la mayor maravilla es el hombre (…) Es el
ser de mil recursos. El porvenir nunca le
sorprende. Sabe el arte de escapar a
males sin remedio. Sólo la tierra de los
muertos detiene su carrera”.
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