No entendía la vida y quería
morir tempano. Por eso tentó a la muerte
en la aventura riesgosa. Se fue como
periodista a cubrir la Guerra Civil española y, efectivamente, estuvo a punto
de morir cuando estalló una bomba en la
habitación de su hotel. Asimismo, en la
II Guerra Mundial al chocar su vehículo
contra un taxi y cuando su avión se estrelló en África. Frustrado y deprimido, tomó su escopeta de
cazar, introdujo en su boca el cañón y disparo.
Un viandante que pasaba por la iglesia, preguntó: “¿Por quién doblan las
campanas?”.
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