Era solista de
una orquesta famosa, pero cada vez que se pasaba de tragos, ejecutaba el ímpetu arrebato de cargar a sus
semejantes con cierto amor filial hasta que Perichamo sin poder
zafarse de esos brazos que parecían tenazas, lo besó en la boca. Desde entonces quedó curado, pero expulsado de la casa por su mujer indignada.
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