Paz y Amor

La madre se levantó temprano y al visitar la alcoba de su hijo la sorprendió la cama sin arrugas.  Angustiada pateó todos los parajes y calles de la ciudad y cuando la tarde se desplomó en sus brazos me preguntó por intuición materna si sabía del paradero de su hijo.

El consejo del Dinosaurio

El dinosaurio le aconsejó que se decidiera a ser más duro y él, por supuesto, aceptó hacerle honor a su apelativo.

La culebra septicéfala

"Los seres rodaban como peces marchitos hasta  las fauces de la hidra" (Cruz del Valle Rodríguez poco antes de ser devorado por culebra de siete cabezas escondida bajo el Puente de la Llovizna)

Perogrullada

  

Estaba pensativo, Pedro Grullo, sentado sobre una piedra, cuando concluyó en que el AMOR por ser único no necesita lazarillo ni silla de ruedas adornada con orquídeas.

Advertencia biométrica

Captar huellas no es lo mismo que catar vinos.

El infortunio de Heres

El infortunio de Heres quedó coronado por  el arcabuz del sicario dejando que sangrara hasta rebozar las ánforas del rencor político.

La Hamaca del guerrero

Cama equinoccial de todos  los tiempos. La trajeron los Arucas venidos del Sur  y el 16 de octubre se le reventó una de las cabuyeras instante después de escuchar el Guerrero la sentencia.

Dominar para dominar

A mayor altura mayor capacidad para dominar.  Por eso a Dios se le ubica en el cielo.   El hombre escaló montañas tan elevadas como el Everest,  inventó el aeroplano, las cúspides interplanetarias,  así como los zancos y, la mujer, la mujer  comenzó a ostentar los tacones descomunales de las zapatillas.

La niña de Mónica

Mónica y su amado  murieron  sangrando en el asiento trasero del auto mientras su niña limpiaba los cañones de los delincuentes para no morir intoxicada por el hollín.

Escasez de Botox

Después de haber votado busca el pueblo ahora Botox para las arrugas, pero no hay.

Burocracia cuestión de enteros y quebrados

Catorce Ministerios en la Cuarta
Veinte y siete Ministerios en la Quinta

La muerte en tubo de fusil y ensayo

Muchas divisas para las armas de la guerra
Pocas, pero muy pocas, divisas para la Salud.

El Canto de Roy

Roy Tomedes cantó tan recio y profundo a Juana Millán que el espíritu fantasmal de la tradicional mujer de la carretera se lo llevó a otra galaxia en cómoda silla de ruedas.

La serpiente de la Piedra del Medio

La serpiente policéfala de la Piedra del Medio acabó con la competencia devorando al Peludo del Polanco.

La vela de la Candelaria

La vela encendida de la Candelaria navegó por el Orinoco en una totuma hasta anclar sobre la tiesura de un náufrago.

El llanto de Humboldt

Humboldt lloró en Angostura la muerte febril de aquel Guaiquerí llamado Carlos Delpino, noespartano que lo asistió  bajo la fronda lujuriante de la selva.

El Fundador enamorado

Moreno de Mendoza padeció la severa admonición del Rey luego de ahogar la dote de su mujer en la fuente lujuriante de una criolla angostureña.

La cabeza de Ralight

Walter Ralight pagó con su cabeza no sólo el saqueo de Santo Tomás de Guayana  más  las muertes de Palomeque, de su predilecto hijo Jorge y de su lugar teniente Lorenzo Keymes, sino el atrevimiento de haberle guiñado el ojo a la Reina Virgen.

Esculturas vivientes

La inconformidad del ser humano llega hasta poder insuflarle vida a las estatuas.  Es la lucha sempiterna contra la muerte que es la tumba o el bronce.

El pavor de la Zapoara

Vive escondida en los rebalses del Río por temor y pavor al fantasma glotón del esparavel en manos del curiarero.

La sirena del Orinoco

Nadie  ha visto a la dama la cola de pez en las bocas del Cariz sino la cara redonda como luna.  No canta ni seduce a los obreros del agua sino que le da buena o mala fortuna según lo decida Dionisio.

Los supersticiosos de la Feria

Leonidas llegó temprano con su carromato a la Feria Orinoku, montó un tarantín para ofrecer sus pieles de León, pero los virtualmente interesados terminaban por desistir imaginando el fantasma de la alfombra convertido en fiera.

El gran fiasco de Berrío

Don Antonio de Berrio vino a Guayana por lana y murió trasquilado oteado por la sonrisa tenue del Indio Morequito.

La hidra de siete cabezas

Como Hércules en el Pantano de Lerna, el Guaiquerí Segundo estranguló la Hidra de siete cabezas de la Piedra del Medio.

El Arca de Noé

Cuarenta días y cuarenta noche de nubes sobrecargadas se han derramado sobre mi  perrito y yo, con el agua al cuello, sufriendo lo lejos que está el Monte Ararat.

La virginidad del Orinoco

Como quien desnuda los misterios de una doncella inmaculada, Diego de Ordaz, con todo el ritual de un explorador temerario, descubrió al Orinoco  tras haber renunciado a sus placeres en México.  Pero de nada le valió, el voluptuoso  Río cobró bien cara la violación y de la adversidad y temeridad del Comendador  vino a dar cuenta  el Alcalde de Cubagua, quien le aplicó el zumo de la cicuta y lo sepultó en lo más ignoto del océano.