El Hacendado codiciaba a la novia del cabestrero que ignoraba o se hacía que ignoraba las perversas intenciones de su patrón.. Un mal día antes que se consumara el anunciado matrimonio, el hacendado envió al cabestrero a cumplir una diligencia que le dio la oportunidad de encerrar a la novia y hacer uso sexual de ella. Por temor, la novia jamás contó lo sucedido hasta que lo refirió a su abuela y comprendió la ley no escrita que databa del medio evo.
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