Lapidación

Después de aquella sentencia nadie se atrevió a lanzar la primera piedra porque comprendieron que todos como Ella estaban mordidos por algún cargo de conciencia.

Sentenciado a muerte

Quien vive custodiado de Guardaespaldas vive sentenciado a muerte por sí mismo.  

El creador perverso

Creó los  monstruos de la violencia y los saqueadores del tesoro público blindándose  con los pobres a cambio de migajas.

Empujador del tiempo

Impaciente empujaba  el tiempo para ver qué sorpresa le traía el día sin reparar que también impelía su juventud hacia el abismo.

Incertidumbre

Cuando siento que tu ausencia y silencio se prolongan pienso en la calavera de Hamlet.

Diminutos gigantes

El Aedes Egipty y el Aedes albopictus tan diminutos, frágiles y voladores, son capaces, sin embargo, de agigantarse con la muerte.

La corona de la viagra

La viagra abrió la bragueta y su sexo se levantó como espiga de acero hasta coronar con un inesperado priapismo, peligroso, doloroso, risible, vergonzoso.

Superstición bucólica

El Geólogo como extraviado caminaba  extenuado por el camino que lo condujo a un rancho. Al no percibir señal de vida abrió la puerta, pero todo estaba oscuro y desolado.  Entonces se encaramó sobre una troja y allí lo rindió el sueño hasta la madrugada que lo despertó un tropel que entró y al verlo retrocedió y corrió despavorido.  El Geólogo sorprendido encontró la explicación en un campesino que yacía muerto y amortajado sobre otra troja.

El tritón de Angosturita

Los indios sapoaros que habitaban la Angosturita, 16 kilómetros aguas abajo de Ciudad Bolívar,  solían salir a pescar seguros de buena cosecha cuando escuchaban el armonioso sonido de la Guarura que según la leyenda hacía sonar el Tritón enamorado de la Carona del Caris.

Periodista sin armas y sin alma

Se hallaba de improviso en el Aeropuerto cuando un avión de salvamento se aprestaba volar a las cercanías de Canaima ante la alarma de  veinte turistas muertos en un siniestro aeronáutico.  Como buen reportero logró cupo en el avión pero desprovisto de sus herramientas de trabajo.  Ya en el sitio apartó su alma desconcertada por el dolor y despojó a turistas de sus cámaras, bolígrafos y libretas para que fuese posible al día siguiente la ilustrada narración del suceso.

Libre como el viento

La Madre gritaba a cada rato la reprimenda porque su hijo prefería estar más tiempo en el mar que en su propia casa.  Para retenerlo la Madre le procuró una linda novia muy de su hogar, pero él, profundamente enamorado, pasaba todo el día paseándola en una tabla navegando sobre las olas, sin vela ni remo, tan sólo impulsada por el viento del amor.

Ensalada de amor

Fue realmente pura hasta que la decepción amorosa la condujo a la prostitución, pero cada vez que terminaba de hacer el amor se echaba a llorar y luego de las lágrimas quedaba fresquita y lista como una lechuga para otra ensalada de amor.

Una Rockola muy particular

La curiosa Rockola de la madama de Las Moreas se negaba a bajar los discos si no le metían monedas de plata acuñadas en la época de Guzmán Blanco, pero la doña siempre atenta y dispuesta hacía el canje correspondiente y la máquina hacía sonar los discos del cieguito  José Feliciano, los únicos posibles así usted marcara los de Toña La Negra o los de Boby Capó.

Aquellos niños

Aquellos niños aparecieron y se ocultaron como estrellas fugaces.  Néstor Zavarce de la mano con Arturo de Córdova en la balandra Isabel y  Adrián Guacarán de la mano con el papa peregrino Juan Pablo II en Ciudad Guayana. 

Sicología de un tramposo

Sabiendo el Tramposo  que el común de la gente guiada por el dicho popular según el cual lo barato sale caro, optó por alzar el precio a los productos de baja calidad.

Filosofía del buen pensador

Era un  Obrero común y corriente,  que viendo cómo al Mesonero por estar siempre bien presentado le iba bien, él, sin pensarlo mucho, optó por lo mismo y no sólo mejoraron las propinas y lisonjas sino que le fue mucho mejor en el amor.

El Carite de Rafael González

Emergió el día en que se reventaron las cuerdas de acero de su bandolín, saltaron las clavijas y el traste dio al traste con el silencio que ocultaba el canto de la divertida correría del pescador.

Cerati

Con su rock en la roca, sin soda, envuelto en incesante humo, solitario con su voz y su guitarra, estuvo primero en el cielo antes de morir.

La abeja en extinción

Acosada por Pesticida la abeja abandonó su melifluo hábitat y buscó refugio en el ostracismo, pero en la ciudad, atormentada por el zumbido del abejorro humano en proceso de desarrollo urbano, alzó su vuelo hacia el ingrato mundo de la extinción.

Una Noche de placer

En sólo una noche casual de placer pudo concebir una cruz de  largo tormento alentada por una  mujer de barriga prominente.

Defecación diabólica

No comemos petróleo, pero nos alimentamos gracias a él, es decir, gracias a la defecación de aquel Diablo con tridente que contradijo a Dios cuando el omnipotente bendecía estas tierras.

La Revista Esencia

Esencia es una dama soñadora y penetrante como la cumarina que al desfilar por la pasarela se hizo reina de la ciudad.

La bisagra azul

La viagra es el aceite de la bisagra oxidada y trabada por el desuso depresivo de la inflación y la escasez.

La Orca y el Ballenato

B

V

La Orca asediándolo buscaba engullirse al Ballenato, pero éste se le escurrió y corrió a escurrirse los 300 litros de leche.

Sobrevivencia

Cuando le sobrevino la sequía, Néstor se fue a El Tigre donde percibió que germinaba el invierno, pero cuando una estación más encendida marchitó la esperanza, Ciudad Bolívar le sonrió como una primavera.

Jesús Soto

Me lo imagino integrando las vibraciones de su guitarra santanera a las imperceptibles sonoridades de sus penetrables silentes.

Cruz Diez

Cautivo en una fisicromía, ha logrado perdurar cultivando infinitas rayas abonadas por la interacción de los colores de Josefh Albert.

El Ajusticiado de Angostura

Carmona se dejó tentar por la culebra de Cedeño bajo la mirada vacilante de Minas y Melán que  displicente se alejaron, mientas Mónica Farreras, fiel a los principios de la mujer auténtica, permaneció allí, al lado del guerrero.

El color de Barrabás

El color del negro, el azar lo transformó en diamante,  era como el mar Hudson donde todos querían bañarse.

Cazadores de estrellas

Juanito y Juanita  solían acostarse boca arriba en la grama del patio de su casa  para contar las estrellas  hasta una noche que no encontrando cifras para abarcarlas  a todas, decidieron que era más divertido capturarlas con la ayuda de la escalera de la vecina.  Así lo hicieron, pero llegó un momento en que más no cabían en el cesto por lo que decidieron bañarse con ellas.  ¡Maravilla! Se les iluminó el mundo de su fantasía.

Farreras el prócer

Hijo de Negros bozal que tuvo la audacia de pasarle a los patriotas dos flecheras que le habían confiado sus patronos y para remate casarse ya septuagenario con una niña de quince que calzaba el nombre de aquella heroína que salvó a Bolívar.

El Casco

Insustituibles y naturales zapatos de las bestias cuyo nombre usurpan los centros urbanos de las ciudades con pedigrí histórico, sin darse cuenta que esos cascos por carecer muchas veces de buena herraduras se desgastan, se degradas  hasta la carne viva.