En Ciudad
Bolívar durante algún tiempo existió La Cibeles
un local en el que la gente
concurría a disipar el aburrimiento doméstico y en el que se colaban los
muchachos para reflejarse en un espejo redondo de barriga abultada que caricaturizaba
la imagen. Por eso y también por las “sacerdotisas” que bailaban desenfrenadas
alrededor de una estatua con corona almenada y vestido floreado de matrona.
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