lunes, 31 de diciembre de 2012

Afición borrica


Mi abuelo tenía un burro que montaba los domingos para ir de paseo. Pero el borrico cada vez que escuchaba música grabada o en vivo venida de algún lugar, se estacionaba y se negaba a reanudar la marcha hasta que la música terminara. Un día mi abuelo decidió llevar a su Platero a disfrutar la retreta y éste, no satisfecho con escucharla como todos los demás, entró a la Plaza Pública y se puso con su batuta a dirigir la orquesta. (AF)

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