Seis meses después de casarse con un joven de 20
años, Maricarmen, que tenía 19, se
cansó de tener un marido para el
cual su nuevo auto deportivo era más querido que su mujer y lanzó un
ultimátum: "el carro o yo". Armando se tomó la amenaza con toda
seriedad y pagó un anuncio en el periódico
local poniendo a la venta el automóvil o la
esposa. "Tengo que elegir entre mi mujer
o mi automóvil deportivo", comenzaba diciendo el anuncio. Después de
especificar las características del auto, añadía: "la mujer es morena de
1.50 metros, modelo del 56, en muy buen uso,
56 kilos. A juzgar por la respuesta del público, si todo no hubiera sido
una broma, Armando se habría quedado sin
esposa. Todas las ofertas fueron para
ella, ninguna para su adorado carrito deportivo.
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