La audiencia del Municipio Heres
concedió el divorcio a los protagonistas
del matrimonio quizás más breve
del mundo, pues sólo duró quince
minutos. En julio del año 1978, después de
decir el sí ante el juez, la pareja
con doscientos invitados celebró la
boda por todo lo alto. El novio se tomó
cuatro copas de vino. Luego llamó al
camarero y le dijo: "basta ya de licorcitos de dama, tráigame bebida más fuerte". Luego de ocho copas de brandy. La
novia le recriminó: "Casi estas borracho". El respondió airado; "A mí ninguna mujer me da
órdenes". La novia indignada se
levantó, tomó un taxi y fue al abogado para pedir el divorcio. Según la sentencia, el ex marido debe pagar a su ex mujer 700 bolívares
mensuales de manutención para todo el resto de la vida.
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