viernes, 23 de agosto de 2013

La prodigiosa mente de mi pequeño vecino


Elmar Eider, de ocho años de edad, es mi vecino de la calle Dalla Costa.  Hace tres años, cuando sólo contaba cinco de edad, se entretenía en sus ratos de ocio con un original pasatiempo: los números. Su pasión fue tan absorbente que, en la actualidad, domina a  la perfección no sólo la aritméti­ca elemental, sino también la matemática, el álgebra, la trigono­metría y el cálculo integral.  A pesar de su seriedad, Elmar es un niño normal a juzgar por sus juegos con los compañeros de escuela; pe­ro, cuando abre sus libros y pe­netra en el fascinante mundo de los números, desaparece por comple­to cuanto lo rodea. La lectura favorita del pequeño es la Física, la geometría analítica, los logaritmos. Los lee  como cualquier otro chiquillo echado boca abajo en el suelo devorando revistas de his­torietas.

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