La Policía busca a una mujer rubia de unos
cuarenta años, que se ha casado
cincuenta veces y obsequiado a sus maridos un permiso permanente de
residencia en Venezuela. Los forasteros
indocumentados a cambio de matrimonio
pagaros 200 dólares cada uno.
La poliandra usó
diversos disfraces en sus habituales visitas a las oficinas de
registro de matrimonios donde finalmente fue detectado el fraude. Los inmigrantes ilegales
acudían a la cita nupcial sin haber
visto antes a su pareja, se casaban,
pagaban y desaparecían. Así se
burlaba la ley y se incurría en el mayor caso de bigamia de la historia, descubierto en una investigación de rutina sobre mujeres venezolanas casadas con extranjeros.
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