Un preso de 80 años de
edad se casó con
una viuda de
23 años, acusada de asesinar a su marido. El anciano
está acusado de ordenar la muerte de
un rival. Pedro Pereira y
María Rosa se conocieron en la cárcel. Se enamoraron, se comprometieron y
convirtieron en el tópico más discutido del pueblo. El juez Renato Matos sugirió que había perspectivas de que la pareja sería absuelta debido a la simpatía de los jurados de la ciudad
hacia ella. Pedro dijo hallarse en 'perfecto control de
sus facultades mentales. El equipo médico que
lo examinó lo encontró en
excepcional estado. Viudo, es padre de nueve hijos, tiene 40 nietos y
ocho biznietos. Dice nunca haberse acostado
más tarde de las ocho de la noche ni
haber bebido jamás alcohol. Pero ha
fumado desde hace más de 60
años, cigarrillos arrollados a mano.
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