sábado, 21 de septiembre de 2013

Los amigos de lo ajeno tienen su santo



Los amigos de lo ajeno en Ciudad Bolívar tienen su Santo. Se llama “Santolino”.  El santo o amuleto importado de El Perú,  proporciona la in­visibilidad a quien se lo in­cruste en alguna parte de su anatomía.  De manera que lo escrito por  Wells sobre el hombre invisible y lo que hemos visto y leído en el cine y en novelas de ciencia-ficción al respecto, se queda corto ante este amuleto que venden los buhoneros de la Calle Venezuela y de las transversales que desembocan en el Paseo Orinoco.  Podríamos decir que se tra­ta de un talismán completa­mente clandestino, ya que según sus vendedores, el que lo lleva incrustado no puede ser observado por la policía, aun estando cerca de algún custodio de la propiedad y el orden. 

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