Aterrorizados por el
poder creciente de la mujer y el peligro de retorno al matriarcado, un grupo de bolivarenses
asiduos contertulios del bar “My-Hay-My,
decidió preservar su libertad
masculina contra las exigencias políticas y domésticas de la mujer
moderna, fundando un Club de hombres subyugados. En el proyecto nunca concretado revelan sus propósitos de ayudar a sus
compañeros de infortunio, "paralizados por el yugo femenino" y a defender y recuperar las
libertades personales en la vida cotidiana. "No estamos contra las
mujeres, por el contrario, las amamos, pero nos oponemos a ser avasallados. Queremos una verdadera igualdad. Sostenemos igualmente el principio de salario
igual para trabajo igual, pero también que
paguen cuando salen a la calle con
nosotros y que no se gasten todo el dinero del marido en las
peluquerías o en ropas costosas y que no nos impongan un horario militar en el
hogar".
No hay comentarios:
Publicar un comentario