miércoles, 25 de septiembre de 2013

Querer y no querer


Rita tendrá que vivir toda la vida con su marido por ser demasiado amable con él. La señora  solicitó el divorcio de su esposo a causa del mal temperamento de éste producido por frecuentes borracheras. "La vida con él es imposible", dijo ante el juez civil de la causa. Pero a pesar de esto y de que el matrimonio confesó no haber man­tenido relaciones íntimas desde hace años, el juez se negó al di­vorcio.  La amabilísima Rita continúa poniendo todas las noches una botella de agua en la cama de su marido, cocina sus gui­sos favoritos, le lleva el desayuno a la cama y antes de irse a dormir prepara a su esposo una taza de leche caliente.

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