Un pájaro alcohólico
Si los tordos pudieran hablar, el que vive en el
sector de Las Moreas, en la casa de “La
China”, diría que el secreto de su longevidad reside en
su dieta diaria coronada con un
"toquecito" de coñac. La octogenaria adoptó el pájaro hace 13
años conmovida al encontrarlo descoyuntado y desplumado por algún accidente. Durante
la época de lluvia se enfermó cuando andaba cerca de los cuatro años. “No sabía qué darle. Cuando tengo un
resfrío yo tomo un pequeño coñac en
la noche y si a mí me hace bien pensé que a él le haría el mismo
efecto". Con la espirituosa bebida
el tordo no sólo se repuso, sino que comenzó a crecerle el plumaje. "Le daba el coñac cuando hacía frío, no mucho
sino unas pocas gotas. Ahora, si no se
lo doy, no puede dormir. Creo que este pájaro es un alcohólico...".
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