El Parape de Pedro Pablo
Pedro Pablo Fernández soñó con la tortuga parape una noche copiosa de
estrellas que inundaba su casa. Si nunca la había visto y la había soñado era
porque existía. La buscó por todos los
mares y la encontró sumida en una isla llamada Los Roque nadando en una selva
de corales. La tortuga vino alegremente
hacia él para cambiar de vida. Quería
ser prenda de parape deslumbrando en el
cuello de las damas, en los lóbulos de sus orejas, como pulseras o presionando hermosas
cabelleras como diadema.
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