Todos los miembros de la Familia Maury eran blancos, menos Abel, de
piel oscura y además diferenciado por lo díscolo y rebelde. Reñía tanto con sus
hermanos que por no causar más disgustos a sus padres, huyó del hogar y se
extravió en un campo donde al desatarse una tormenta fue fulminado por un rayo. Al día siguiente muy temprano, una oveja negra
provista de cencerro y seguida por un
rebaño, se detuvo en el sendero y olisqueó al joven cuerpo yacente.
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