Era un ser excepcional que nada tenía porque todo lo daba. Un ser innegablemente abnegado, capaz del
sacrificio por los demás. Cuando más
nada tenía que dar, lo buscaba hasta lograrlo y, al término de sus días, pudo, en fin, tener algo que no podía dar, pero que
todo el mundo quería: un bronce modelado a su imagen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario