En el velorio de un popular personaje de la ciudad, contertulios hablaban sobre el misterioso final
de la vida. También de la reencarnación,
la resurrección y los muertos que de repente te abordan y te ponen a galopar el
corazón. Era tarde de la noche cuando de
pronto la bandeja del café salió volando, la urna se estremeció y los
circunstantes salieron despavoridos. La presencia del cuerpo para-médico y de
seguridad no se hizo esperar y el difunto en vez del cementerio fue a parar al
hospital al despertar de un ataque cataléptico.
@Piocid
excelente
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