miércoles, 6 de noviembre de 2013

El mundo Real de Baduel


Baduel entraba a la Sacristía por la puerta posterior de la Catedral y saludaba eufórico: ¡Hola, Príncipe! ¡Hola, Princesa! Otro día, más eufórico ascendía a sus benefactores: ¡Hola, Rey!, ¡Hola, Reina!, pero en tiempo de Luna llena, el saludo era más enajenado:  ¡Hola, Loco!, !Hola, Loca!  De todas maneras, Monseñor Pinto le alargaban la mesada, igual hacía Iris, la secretaria.  Luego, Baduel se persignaba y tomaba de nuevo la calle a grandes trancos.


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