El artista plástico Pedro Orta
abandonó el hachis creyendo que era el causante de su paranoia. Se sentía perseguido por un camión de
poderosas ruedas. Tratando de
encontrarse consigo mismo, aceptó pintar con los niños de un psico-pedagógico. Creía en la dulzura de
los niños como terapia espiritual y en la soledad como sustento de la libertad
individual. Por eso se independizó de la
familia y levantó choza al borde de la perimetral, pero un día saliendo de ella, su moto de 250 cilindradas,
fue impactada por la velocidad de un enorme camión que lo dejó mortalmente
tirado sobre el asfalto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario