lunes, 25 de noviembre de 2013

El hombre que se aburría

El hombre que se aburría, que se moría de hastío y no le encontraba sentido a la vida, experimentó súbitamente el impulso de emerger de ese mar tedioso y al hacerlo se encontró con una sirena que le susurró al oído la existencia del Paraíso, sólo que tenía que buscarlo sin perder tiempo.  En eso transcurrió todo el resto de su vida hasta que al fin falleció con una sonrisa enigmática.

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