domingo, 13 de octubre de 2013

La Casa de los relojes



Aquel Señor que parecía austero y eterno como el evo, tenía su casa llena de relojes, infinidad de relojes de todos los  tamaños, formas y colores, de todas las épocas, relojes de sol, de arena, de agua, relojes de cuerdas, péndulos y pesas, relojes eléctricos, con o sin agujas, con número romanos y arábigos luminosos y opacos, que disputaban la exactitud del momento y que decían con su sonido acompasado o su Cu-cú  ser hijos de un Dios llamado Tiempo, pero que como el dios Saturno, devoraba sus hijos muy temprano.

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